Nuestra querida Elena pudo reunirse con su hermano Daniel. Nuestra compañera Yolanda estuvo a cargo de organizarlo, junto con nuestro querido voluntario Borja, que resultó vital para compensar la limitada movilidad de Daniel. Todos disfrutaron mucho del día, a la espera de la próxima ocasión en que sus Sus corazones siempre están unidos, no importa la distancia. Y es nuestra función que, tanto como sea posible, la lejanía desaparezca y puedan volver a verse.
Corazones vuelvan a latir juntos.