Aprovechando que, pese a estar en pleno noviembre, aún queda sol y se puede estar en una terraza, nuestra compañera Virginia propuso un almuerzo a Diego y Kiko. La idea era salir de la rutina de los seguimientos semanales y buscar algo de esparcimiento.
Durante la comida hablaron de sus inquietudes y de la situación actual, también de cómo afectan las restricciones a sus trabajos. Diego trabaja en el Centro Especial de Empleo de Paz y Bien y Kiko en Carrefour, así que están notando el impacto de la COVID-19 en su día a día.
Pese a la preocupación compartida por el avance de la pandemia, tuvimos tiempo para la distensión y la complicidad. Con ellos las risas están aseguradas. Son dos personas muy bromistas e irónicas, con una visión del mundo muy particular, pero plenamente informada y madurada.
Y la comida del bar que eligió Kiko estaba riquísima. Así que… ¡Habrá que repetir!