Fundación TAU

AGUAS DE HUELVA EXPONE SU TRABAJO POR LA INCLUSIÓN TOTAL DE SUS CLIENTES CON DISCAPACIDAD.

La empresa onubense ha participado y contado su ejemplo en el segundo día de actividades de las II Jornadas de Discapacidad Intelectual, organizadas por la Fundación Tau

La directora de Sostenibilidad e Innovación de Aguas de Huelva, Natividad Moya, y la responsable del departamento de Sostenibilidad de la empresa, Nuria Ponce, han protagonizado hoy la primera de las dos actividades previstas en el segundo día de las II Jornadas de Discapacidad Intelectual organizadas por la Fundación Tau.

Para la segunda jornada de esta cita, la delegada de la Fundación en Huelva, Rocío Maestre, ha presentado la actividad en el Salón de la Gota de Leche bajo el título de ‘El papel de la empresa en la accesibilidad universal. Modelo de Aguas de Huelva’, con presencia de alumnos de la Universidad onubense, organizado por la Fundación y el Colegio de Trabajadores Sociales de Huelva.

En un salón de actos completamente lleno, las dos representantes de la empresa han puesto sobre la mesa el intenso trabajo que hace la empresa por fomentar la igualdad en todos los sentidos, planteando la accesibilidad universal a sus instalaciones, de modo que ninguna persona se quede sin ser atendida en su sede por tener algún tipo de discapacidad.

De hecho, Nuria Ponce ha dicho que, cuando plantearon, por ejemplo, que las personas sordas no tuviesen problema alguno de comunicación en su empresa, “no sabemos cuántas personas sordas iban a diario a reclamar nuestros servicios, pero estaba claro que teníamos que mejorar en ese sentido”, de modo que se implantaron medidas como la comunicación online a través de una pantalla.

Mediante este sistema, “cuando nos llama una persona sorda, se detecta que necesita de este servicio, y quien recibe la llamada se pone a hablar con ella en lengua de signos a través de una tablet y hace las gestiones en igualdad con el cliente”.

“Empezamos por ahí, pero no nos quedamos en eso, porque tenemos que seguir haciendo cosas”, ha explicado, recordando que plantearon que todo lo necesario para atender al público se podría traducir al braille, para que las personas ciegas no tuviesen problema alguno “a la hora de acceder a nuestra información”, y en la ONCE se tradujo todo a coste cero. Se completó esta acción con la compra de una impresora de braille, de modo que una persona ciega puede llevarse su contrato impreso a su casa, pensar si lo acepta o no, pero en todo caso puede leerlo tranquilamente igual que otro cliente cualquiera.

Un llamador en el baño con aviso de alerta luminoso en la recepción, una Mamá Noel inclusiva o actividades en las que se tapan los ojos a los trabajadores son otras de las acciones que se realizan, incluso con actividades que se repiten anualmente como parte de su programa. “Aprendimos que a una persona ciega no se le coge del brazo si no lo necesita, que solo se le presta ayuda si lo pide, como cualquier otra”, exótica Nuria Ponce.

“A las personas con discapacidad hay que atenderlas en igualdad de condiciones, da igual que entren tres personas sordas al día o ninguna”, ratifica.

Soluciones más imaginativas

Natividad Moya ha señalado algunos de los problemas con los que se encontró la empresa a la hora de trabajar en este sentido, con ejemplos como la homologación de las mascarillas, “que no había manera, era una lucha tremenda para homologar”, y explica que no se quedan en todo el trabajo realizado, sino que “estamos ideando de cara al futuro soluciones más imaginativas”.

Así, explica que se trabaja en contadores que activen alarmas que llegan al cliente mediante alertas, “porque, a diferencia de una persona que oye con normalidad, una persona sorda no se da cuenta por el sonido de que se ha dejado aun grifo abierto, pero si el sistema lo detecta les manda un mensaje o incluso un correo electrónico”.

Toda la actividad en ese sentido, ha recordado, se puede consultar en las redes sociales de la empresa, de modo que se pueden ver sus detalles en profundidad.

Agradecimiento a la Universidad

La delegada en Huelva de la Fundación Tau, Rocío Maestre, ha agradecido el trabajo que ha realizado la empresa para participar en las jornadas, y ha recordado que “cuando nos acercamos a Aguas de Huelva para conocerles y nos hablaron de este programa creíamos muy conveniente conocerlo”.

El objetivo, ha dicho, “es que se vaya entrando poco a poco en todos los colectivos y empresas de Huelva, para llevar las jornadas por toda la ciudad y la provincia”, ha dicho Maestre, que ha agradecido sus gestiones también a Pilar Blanco, decana de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Huelva.

La propia decana ha dicho que la Facultad está abierta “a cualquier persona o entidad que quiera echar una mano”, y en este caso, el año pasado ya se colaboró con las jornadas y la Fundación concedió a la facultad dos plazas para alumnos de cuarto curso”.

Además, ha recordado a la empresa Aguas de Huelva la importancia de contar con un trabajador o trabajadora social en su plantilla, de cara a la destacada labor que realizan estos profesionales.

Las jornadas de este año

Las II Jornadas de la Discapacidad Intelectual en Huelva, organizadas por la Fundación Tau, sitúan a Huelva como capital española del trabajo por la igualdad directamente trabajando con los protagonistas de la labor a realizar, con un conjunto de actividades que tiene por objetivo abordar la actualidad del colectivo, fortaleciendo y creando nuevos lazos que permitan vertebrar acciones en favor de todas las personas con discapacidad.